Este es un resumen de una entrevista hecha al Dalai Lama, sobre el tema del perdón y el enojo.
La entrevista completa puede verse en el libro "Sabiduría Emocional".
¿Podemos perdonar y a la vez hacer a la persona responsable por sus acciones? Esta es una gran pregunta... muchos creen que perdonar es sinónimo de olvidar.
Pero ¿qué pasa con el libre albedrío? Cuando la persona pudo elegir no hacerlo (elegir no dañar al otro) y aún así lo hizo...
El Dalai Lama clarifica sobre este tema, y habla sobre cómo uno puede otorgar el perdón, y elegir no hacer daño sino el bien. Y cuándo el enojo está justificado, incluso cómo es que el enojo puede ser constructivo.
[Esta es parte de la entrevista, que traduje y adapté para aplicar la enseñanza. El entrevistador es el Dr. Paul Ekman y el libro lo pueden ver al final de este artículo]
"Ekman: Ahora, si yo tengo elección pero actúo en una forma que dañe a otros, ¿por qué me perdonarías por hacer eso? Podría haber elegido no hacer daño.
Dalai Lama: Hmm... Voy a decirte que si mantienes ese tipo de rencor vas a obtener mucho más sufrimiento. Si das el perdón, entonces te sientes más aliviado.
Ekman: Oh. Así que es bueno para ti.
Dalai Lama: Sí!
Ekman: Es bueno para la persona que perdona, pero eso no remueve la responsabilidad...?
Dalai Lama: No. Voy a darte un ejemplo. Nosotros mentalmente le dimos el perdón a los Chinos. Eso significa que tratamos de no mantener sentimientos negativos en contra suyo por causa de sus acciones. Pero eso no significa que aceptemos lo que hicieron.
Perdonar no significa olvidar lo que han hecho. Sino no mantener sentimientos negativos contra ellos. Por eso, en lo que concierne a sus actos, a veces tienes que usar la inteligencia. Tienes que tomar medidas al respecto, pero sin los sentimientos negativos.
Ekman: Entonces, quien quiera que sea el que actúe en una forma dañina, y que tuvo la libertad de elegir si actuar o no de ese modo... tú lo perdonas pero también condenas sus acciones?
Dalai Lama: Oh, sí. Si tú eres honesto entonces debe haber una crítica.
Ekman: Esto, creo, es lo que en occidente se malentiende sobre la visión del budismo. Se cree que perdonar significa que no los vas a hacer responsables por haber actuado mal. Pero si no los haces responsables ¿cómo van a aprender y cambiar?
Dalai Lama: Correcto. Generalmente yo hago la distinción "después de la acción". Hasta donde concierne la acción en sí misma, tienes que oponerte. Tienes que pararla, tratar de que ese comportamiento dañino pare. Incluso usar un método un poco duro. Pero en lo que concierne al actor (la persona que realizó la acción) no tienes que desarrollar sentimientos negativos y mantener una actitud más compasiva.
Cuando cometo un error, te hago algo a tí, luego tengo que disculparme. decir "lo siento". En ese momento yo hago una distinción. Ahora siento que esa acción estuvo mal. Reconozco que esa acción está mal (y no la sigo haciendo). Así que me disculpo. En ese momento hago una distinción entre mi acción previa y yo mismo.
Ekman: Si acepto tus disculpas, entonces estoy reconociendo que tú y tus acciones no son idénticos ni la misma cosa. Y esto nos lleva al corazón del enojo. Porque cuando escribiste sobre esto dijiste que usabas fuerza para parar la acción y compasión para el actor.
Dalai Lama: Sí.
Ekman: Eso, creo, es la descripción del enojo constructivo. Que significa que si aceptamos tu forma de verlo, tenemos que decir que el enojo puede ser constructivo.
Dalai Lama: Si. El enojo contra la acción. No contra la persona.
Ekman: No trata de herir a la persona. Pero detiene la acción.
Dalai Lama: Hacia la persona, el actor: compasión. Hacia la acción: enojo.
Ekman: Incluso desde un punto de vista práctico... dejemos de lado todo lo demás, ellos nunca cambiarían si tratás de hacerles daño. Sólo si tienes compasión por ellos, detendrán sus acciones..."
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Lo que el Dalai Lama nos dejó en claro es que la acción dañina hay que pararla. A veces será suficiente con hablar con la persona, otras veces habrá que tomar medidas más duras (por ejemplo, hacer una denuncia).
La compasión y el perdón no significan ser amnésico y blando. Requieren el coraje de decidir no devolverle mal al otro, no vengarse. Sino de una forma compasiva hacer que el otro se haga cargo de las consecuencias de sus acciones y aprenda sus lecciones.